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domingo, 20 de noviembre de 2011

La cristiandad latina y los bárbaros



La expansión del cristianismo entre los bárbaros, el asentamiento del episcopado en las ciudades y el monacato en ámbitos rurales constituyeron una poderosa fuerza fusionadora de culturas y ayudó a asegurar que rasgos de la civilización clásica pervivieran e incluso se expandieran por la mitad occidental del imperio.

Los francos se convirtieron al catolicismo con el reinado de Clodoveo I (496 o 499). Los suevos se hicieron cristianos arrianos con Remismundo, y se convirtieron definitivamente en el catolicismo con Teodomiro (599 a 570).
Los ostrogodos y lombardos, de la península itálica no llegaron a experimentar la trancisión y permanecieron predominantemente arrianos.

El cristianismo fue llevado a Irlanda por San Patricio a principios del siglo V y allí se extendió por escocia, habitada por los paganos pictos y escotos.
Los britones cruzaron por mar a la costa de Galicia y Asturias y fundaron la diócesis de Britonia.
El cristianismo en Irlanda evolucionó de una manera distinta al cristianismo continental, tomando el nombre de “cristianismo irlandés”. Los irlandeses fundaron monasterios en Francia, en Suiza e incluso en Italia.

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