Fue un importante e influyente político y orador ateniense en los momentos de la edad de oro de la ciudad (en concreto, entre las Guerras Médicas y las del Peloponeso). Su madre se llamaba Agarista, y descendía de la familia de los Alcmeónidas. Fue el principal estratega de Grecia. Gran dirigente, hombre honesto y virtuoso. Llamado el Olímpico, por su imponente voz y por sus excepcionales dotes de orador.
Pericles tuvo tanta influencia en la sociedad ateniense que Tucídides, un historiador coetáneo, lo denominó como «el primer ciudadano de Atenas». Pericles convirtió a la Confederación de Delos en el Imperio ateniense, y dirigió a sus compatriotas durante los primeros dos años de la Guerra del Peloponeso. El periodo en el que Pericles gobernó Atenas a veces es conocido como el Siglo de Pericles.
Pericles promocionó las artes y la literatura. Por esta razón Atenas tiene la reputación de haber sido el centro educacional y cultural de la Antigua Grecia. Comenzó un ambicioso proyecto que llevó a la construcción de la mayoría de las estructuras supervivientes en la Acrópolis de Atenas, incluyendo el Partenón, así como de otros monumentos como los Propileos. Su programa embelleció la ciudad y sirvió para exhibir su gloria, a la vez que dio empleo a muchos ciudadanos.1 Además, Pericles defendió hasta tal punto la democracia griega que algunos de sus críticos le consideran populista.
Pericles nació alrededor del 495 a. C., en la demarcación de Colargos, justo al norte de Atenas. Era hijo del político Jantipo, quien, si bien había sido condenado al ostracismo durante los años 485 o 484 a. C., volvió a Atenas para dirigir el contingente ateniense en la victoria griega de la Batalla de Mícala solo cinco años después. La madre de Pericles, Agarista, era parte de la poderosa familia de los Alcmeónidas, y sus conexiones familiares jugaron un papel crucial en el comienzo de la carrera política de Jantipo. Agarista era bisnieta del tirano de Sición, Clístenes, y sobrina del reformista ateniense Clístenes, otro alcmeónida.
Según Heródoto y Plutarco, Agarista soñó, algunas noches antes del nacimiento de Pericles, que daba a luz un león. Una interpretación de esta anécdota es que el león es el símbolo tradicional de la grandeza, aunque la historia también puede estar haciendo alusión al tamaño inusual del cráneo de Pericles, que se convirtió en el objetivo habitual de los comediantes contemporáneos, llegando a recibir el apelativo de «cabeza de pera». Si bien Plutarco asegura que esta deformación era el motivo por el que Pericles siempre era representado con casco, éste no era exactamente el motivo, sino que el casco era el símbolo de su rango oficial como estratego (general).
Pericles pertenecía a la tribu local de Acamantis y sus primeros años fueron silenciosos. Un joven introvertido que huía de apariciones en público y prefería dedicar su tiempo a los estudios.
La nobleza de su familia y su nivel económico le permitieron proseguir su inclinación hacia los estudios. Aprendió música de los maestros de su tiempo (Damón o Pitocleides podrían haber sido sus profesores) y se considera que fue el primer político en atribuir una gran importancia a la filosofía. Disfrutó de la compañía de los filósofos Protágoras, Zenón de Elea y Anaxágoras. Anaxágoras particularmente llegó a convertirse en un buen amigo y le influenció enormemente. La forma de pensar de Pericles, así como el carisma que tenía en su retórica podrían haber sido en parte una consecuencia del énfasis filosófico en la calma emocional al enfrentarse a los problemas, y del escepticismo sobre el fenómeno divino.Su calma y autocontrol proverbial también se contemplan como parte de la influencia de Anaxágoras.
¿Y la pregunta?
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