La polis, la ciudad-estado, era la unidad politica fundamental y casi única. El concepto de ciudad-Estado presenta una diferencia sustancial con la idea moderna de nación: para los griegos la polis no se identifica con un territorio sino con el conjunto de sus ciudadanos, por eso, aunque se hubiese perdido el territorio en alguna contienda, si el cuerpo cívico había sobrevivido y podía rehacer sus tradiciones en otro lugar, consideraban que la polis estaba a salvo.
El nacimiento de la polis es fruto de un largo proceso. Durante la edad Oscura, s. XII a VIII a.C., los habitantes de la Hélade vivían dispersos en aldeas, organizados en torno a vínculos de sangre. Fue en la época arcaica, a partir del s. VIII a. C., cuan estas localidades se reunieron en agrupaciones urbanas a las que fueron llegando también artesanos y comerciantes dando lugar a la polis. Poco a poco las polis se convirtieron en una comunidad política con leyes e instituciones propias en la que sus habitantes ejercían una intensa vida cívica, mas importante para el ciudadano que la vida privada, refrendando así la máxima de Aristóteles de que el hombre es un animal político. Para garantizar la seguridad de la polis se amurallaba todo su perímetro. La estructura urbana de estas ciudades era caótica porque los barrios se construían sin ningún orden adaptándose a la topografía del terreno
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